Desafiando todo pronóstico y sentido común, el polémico político a favor de la censura en el mundo 2-D y principal figura tras la tan citada Ley 159, acaba de ser reelecto en su cargo. Lo que sorprende es el acompañamiento que tuvo por parte de partidos opositores, más teniendo en cuenta las posturas poco tolerantes que caracterizan a Ishihara.
Tras la poco afortunada declaración, de que el terremoto de 9 grados en la escala de Richter que sufrió Japón hace ya un mes, no fue otra cosa que un "castigo divino", cualquiera pensaría que se había cavado su propia tumba, pero arrasó en los primeros resultados por lo cual volverá a ocupar este cargo por cuarta vez.
Ahora restará ver si sostiene su postura frontal, y se arriesga a ser eventualmente dejado de lado por su aparato político, o encuentra que hay mayores prioridades para el levantamiento del país. Ya que Ishihara excluye recursos en un momento crucial para la nación japonesa.